PULSERA DE TURQUESA

La piedra turquesa irradia una energía fresca y serena, con tonalidades que van del azul cielo al verde mar, como si llevara consigo la calma del océano y la amplitud del cielo. Su superficie opaca y suavemente veteada le da un carácter orgánico y ancestral, evocando culturas que la han venerado como símbolo de protección, sabiduría y verdad. Espiritualmente, la turquesa actúa como un canal de comunicación clara y auténtica, alineando el chakra de la garganta y fortaleciendo la expresión emocional. También se considera un amuleto de buena fortuna, capaz de disipar energías negativas y atraer vibraciones positivas hacia quien la porta. Más que una joya, es una piedra que acompaña procesos de sanación interior, fomenta la intuición y abre caminos hacia relaciones más armoniosas y auténticas